JESUCRISTO. VERDADES Y MITOS (SEGUNDA PARTE)

III. Se casó Jesús

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Para volver a primera parte

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A. El caso Da Vinci y otros

Para 1951 fue publicada la novela "La Última Tentación de Cristo", por Nikos Kazantzaki, en la que se da un romance entre Jesús y María Magdalena. Por esta novela Nikos K. fue excomulgado de la Iglesia Ortodoxa.

Luego, para 1970, aparece la obra "¿Estaba Casado Jesús?", por William Phipps.

En 1971 aparece la ópera "Jesucristo Superstar" en la que aparece María Magdalena manteniendo una relación afectiva con Jesús.

Pero quien mejor pudo plasmar estos amoríos y romances entre Jesús y la Magdalena lo fue el escritor portugués José Saramago, en su libro de 1991 titulado "El Evangelio Según Jesucristo".

Y lo último, a mediados del 2000, aparece lo que será la revolución mundial que dará paso a innumerables publicaciones sobre el caso: "El Código Da Vinci".


B. Tradiciones y costumbres judías

Los que defienden la idea de que Jesús se casó y tuvo hijos, se fundamentan en el hecho de que, para los judíos, el celibato era mal visto y vergonzoso. Por lo tanto, concluyen ellos que, si Jesús no se hubiese casado su credibilidad como maestro hubiese estado en entredicho.


C. Excepciones

La verdad es que el Nuevo Testamento no dice nada sobre el estado civil de Jesús de Nazaret y, además, en la época de Jesús hubo excepciones de vida célibe. Tales fueron, por ejemplo:

1. Los esenios (una corriente interna del judaísmo), los cuales se mantenían célibes y no se casaban.

2. Los terapeutas (grupo de judíos que vivían en Egipto), quienes llevaban una vida ascética y austera; practicaban la castidad y se abstenían del matrimonio de por vida.

Así pues, el celibato en la sociedad judía del siglo I no era tan insólito como se pretende afirmar. Máxime cuando éste se hacía por motivos religiosos.


D. Casos individuales de celibato

1. Jeremías, uno de los profetas más grandes que tuvo el pueblo de Israel, nunca se casó, y ello por orden directa de Dios (Jeremías 16, 1-2).

2. Eliseo, sucesor de Elías, cuando fue llamado por el profeta, de quien se despide es de sus padres con quienes vivía (1Reyes 19, 19-21); luego pasó al servicio del profeta Elías, y una vez hecho profeta de Dios se mantuvo célibe.

3. Juan el Bautista. Según Lucas 1, 80, cuando el niño creció y se fortaleció, pasó a vivir en el desierto "hasta el día de su manifestación a Israel." Por lo tanto, no hubo posibilidad de que se haya casado.

4. Un caso no contenido en la Biblia lo fue el famoso rabino Simeón Ben Azzasi que, a pesar de enseñar que todo buen judío tenía la obligación de casarse, él no se casó porque decía: "¿Qué le voy a hacer? Mi alma está enamorada de la Ley. La conservación del mundo puede ser llevada adelante por otros."

Todo esto muestra que, a pesar de las tradiciones y costumbre judías, sí se daban muchas excepciones, pero por motivos religiosos. Y así, el celibato no era imposible el que se diera si éste iba dirigido a un fin religioso y sobrenatural.

Así Jesucristo, quien incluso exigió de sus seguidores todo tipo de renuncia (Mateo 19, 27-29; Mateo 10, 37-39). E incluso aconseja el celibato por amor al Reino de los Cielos (Mateo 19, 10-12).


E. Los argumentos Da Vinci

Dan Brown, para justificar y argumentar sus afirmaciones las apoya en los escritos de sectas gnósticas.

1. El Evangelio de María. Libro descubierto en 1896, en Akhmim (Egipto), y escrito para el año 200. Dice:

"Nosotros sabemos que el Salvador te amaba más que a las demás mujeres. Cuéntanos las palabras del Salvador que tú recuerdes, y que nosotros no conocemos". Entonces María les cuenta lo que Jesús le habría mostrado en una visión. Cuando termina, Pedro, molesto, le dice: "¿Cómo es que (Jesús) habló con una mujer sin decirnos a nosotros, y ahora todos tenemos que recurrir a ella y escucharla? ¿Acaso la ha preferido a ella?" Pero Leví le responde: "Pedro, siempre fuiste impulsivo. Veo que tratas a esta mujer como si fuera un enemigo. Si el Salvador la hizo digna, ¿quién eres tú para rechazarla? Sin duda el Salvador la conoce muy bien. Por eso la amó más que a nosotros".

"Notemos que ni aquí ni en ninguna otra parte de este evangelio se dice que María Magdalena era la esposa de Jesús. Sólo se dice que el amor que Jesús sentía por ella lo llevó a hacerle revelaciones especiales, pero no a hacerla su esposa.

"Tengamos en cuenta que el Evangelio de María fue escrito por un grupo de cristianos pertenecientes a la secta de los gnósticos, aparecida en el siglo II. Y esta secta había roto relaciones con la Iglesia cristiana oficial, que tenía a Pedro como jefe. Por ello, muchos estudiosos creen que el texto que hemos citado debe interpretarse de manera simbólica, es decir, Pedro representaría a la Iglesia oficial, y María Magdalena representaría al grupo de los gnósticos.

"Lo que este evangelio intentaba decir, pues, en el pasaje arriba mencionado, es que María (o sea, los gnósticos) había recibido ciertas revelaciones divinas que Pedro (la Iglesia oficial) no conocía. Por eso Pedro se sentía celoso, no quería admitirla en el grupo, y trataba a María (los gnósticos) como enemiga.

"Nada hay pues en este libro apócrifo que nos lleve a pensar en una relación conyugal entre María Magdalena y Jesús" ("¿Estaba Casado Jesús?" Ariel Álvarez Valdés. Tomado de: "Enigmas de la Biblia 8").

2. El Evangelio de Felipe. Descubierto en Nag Hammadi (Egipto) en 1945. Fue escrito hacia el año 250.

En este "evangelio" encontramos dos pasajes sobre María Magdalena que tratarían del asunto que estamos estudiando, y que son presentados como pruebas a favor del matrimonio de Jesús con la Magdalena.

a. "Tres eran las que caminaban continuamente con el Señor: su madre María, la hermana de ésta, y Magdalena, a quien se la designa como su compañera" (no. 32).

"Como aquí a la Magdalena se la llama "la compañera" (koinonós en griego) del Salvador, el autor del Código Da Vinci cree que eso probaría el matrimonio de Jesús con María. Según él, "compañera" significaba en aquel tiempo "esposa", "cónyuge". Pero el argumento resulta falso. Es cierto que la palabra "compañera" puede en ciertos casos significar "esposa". Sin embargo la mayoría de las veces la palabra significa "socio", "colaborador", "camarada".

Por ejemplo, en el Nuevo Testamento se dice que Santiago y Juan eran "compañeros" de Pedro (Lc. 5, 10); y no por eso eran "pareja" de Pedro, sino sus socios comerciales en la pesca. De Tito se dice que era "compañero" de Pablo (2Cor. 8, 23), y no por eso significa que era su consorte.

"Por lo tanto, la afirmación de que María Magdalena era la "compañera" de Jesús significa sólo que era su socia, su colaboradora, pero no su esposa" ("¿Estaba Casado Jesús?" Ariel Álvarez Valdés. Tomado de: "Enigmas de la Biblia 8").

b. "La compañera del Salvador es María Magdalena. Cristo la amó más que a todos los discípulos, y solía besarla frecuentemente en (la boca). Los demás discípulos se ofendieron por eso y le dijeron: '¿Por qué amas a ella más que a nosotros?' El Salvador respondió: 'Un ciego y un vidente no se distinguen entre sí; pero cuando llegue la luz, el vidente verá la luz y el ciego quedará a oscuras' (no. 55-56).

"Este texto sí parece ser finalmente una prueba irrefutable del matrimonio de Jesús y la Magdalena. Pero no lo es. "Primero, porque hay una parte del manuscrito que está dañada. En realidad el texto dice que Cristo "solía besarla frecuentemente en..." y falta la palabra que sigue. O sea que no sabemos dónde Cristo besaba a María. Dan Brown dice que en la boca. Pero algunos estudiosos piensan que la palabra que falta es "mejilla" o "frente", ya que cualquiera de ellas encaja perfectamente en el espacio dañado del manuscrito.

"Segundo, aun cuando el texto dijera que Cristo besaba a María Magdalena "en la boca", la expresión no tendría ninguna connotación sexual. Como ya dijimos, los textos gnósticos son simbólicos, y el hecho de besar a alguien en la boca significaba transmitir una sabiduría especial, un conocimiento secreto, una enseñanza que los demás no pueden recibir, como se ve en el no. 31 de ese mismo Evangelio, donde dice: "La Palabra sale de la boca, y quien se alimenta de la boca es perfecto. Los perfectos son fecundados por un beso y engendran. Por eso nos besamos unos a otros, para recibir la fecundación por la gracia mutua".

"Tercero, aun cuando interpretáramos literalmente el texto del beso en la boca, el hecho de que los demás discípulos se quejen, demuestra que María no era la esposa de Jesús. En efecto, si Jesús hubiera estado casado con ella, ¿qué sentido tendría que los discípulos le preguntaran por qué la quería más a María que a ellos? La reacción celosa de los discípulos muestra que María no era en absoluto la esposa de Jesús.

"Por lo tanto, los evangelios apócrifos, lejos de constituir una prueba del matrimonio entre Jesús y María, son una evidencia en su contra" ("¿Estaba Casado Jesús?" Ariel Álvarez Valdés. Tomado de: "Enigmas de la Biblia 8").

Como vemos, las pruebas y evidencias para demostrar que Jesús se casó y tuvo hijos han sido sacados de su contexto y realidad histórica y distorsionados para tratar de probar el fin buscado y deseado.

Por consiguiente, la verdad histórica se impone sobre las pretensiones de los enemigos de la fe católica. Y la verdad histórica es que Jesús de Nazaret nunca se casó por amor al Reino de los Cielos, y así poder cumplir a plenitud la Voluntad de su Padre.


F. Una cuestión teológica que hay que resolver

Dicen algunos católicos que el hecho de que Jesús no se casó, no le fue impedimento para así hacerlo. Es decir, que Cristo pudo haberse casado y nada hubiese cambiado.

Pero de Jesús de Nazaret haberse casado, ¿pudo haber generado algún conflicto? Si alguno, ¿en qué orden o en qué sentido?

Partiendo del hecho y de la verdad de fe de que Jesucristo es verdadero Hombre y verdadero Dios, el haberse casado y tenido hijos, estos ¿pudieron haber recibido o heredado de Cristo, no solamente su naturaleza humana, sino también la divina?

Es una verdad de fe católica que en Jesucristo se da lo que en teología se llama la unión hipostática, es decir, la unión de la Persona del Verbo, o sea, la Palabra Eterna del Padre, y por consiguiente de naturaleza divina igual al Padre con una naturaleza humana. Luego, en Jesucristo opera solamente una Persona (la divina) en un único ser de dos naturalezas: humana y divina. Así pues, es de suponer que los hijos engendrados por Jesucristo (Dios y Hombre verdadero) no solamente van a recibir de él la naturaleza humana, sino también la divina.

Claro, esto es solamente una especulación teológica que queda abierta para que sea estudiada y reflexionada, especialmente por aquellos teólogos y exégetas que dicen no hallar ninguna dificultad ni inconveniencia el que Jesucristo se hubiese casado.


IV. Conciencia de Cristo: ¿Sabía y conocía quién era y cuál era su misión?

Sobre si Cristo tuvo conciencia o conocimiento de sí mismo y de cuál era su misión, es otra de las dificultades que, dentro de la Iglesia Católica, se está manifestando y propagando en la actualidad.

Para el siglo VI surge una herejía cristológica de inspiración monofisita condenada por la Iglesia Católica llamada Agnoetismo, según la cual Cristo, por razón de las debilidades de su naturaleza humana, habría ignorado ciertas cosas. Y es esta herejía la que se está reviviendo en la actualidad para negar la conciencia de Cristo en cuanto a su identidad y misión.


A. Identidad de Cristo

Para aclarar este punto, vamos a partir de varias verdades fundamentales sobre quien es Jesucristo.

1. Jesús es verdadero Dios y verdadero Hombre, es decir, en Jesús hay dos naturalezas: la humana -con alma humana propia- y la divina.

2. En Jesús operan dos voluntades: la humana y la divina, aunque la humana está subordinada a la divina: "Padre, si es posible que apartes de mi este cáliz, pero no se haga mi voluntad, sino la tuya".

3. Pero estas dos naturalezas con voluntad propia cada una, no operan independientemente una de la otra, sino que están unidas bajo la única persona de Jesucristo: el Verbo eterno (es lo que se llama la unión hipostática).


B. La unión hipostática de Cristo

4. Para aclarar las ideas, definamos el concepto de hipóstasis.

En el "Diccionario del Cristianismo", de la editorial Herder, leemos: “Término filosófico que designa la substancia primera individual, es decir, lo que hace que un ser sea lo que es. En el ser humano la hipóstasis es la persona. La palabra fue empleada sobre todo por los padres y teólogos griegos preocupados por precisar la fe de la Iglesia en el misterio de Cristo que tiene una sola hipóstasis (persona) en dos naturalezas”.

5. Entonces decimos que la unión hipostática es la unión personal o de una sola persona, en las dos naturalezas, la divina y la humana, en Cristo".

6. Ahora bien, la persona (como bien dice el Catecismo de la Iglesia Católica #357 refiriéndose a la dignidad de la persona humana) no es solamente algo, sino alguien. Es capaz de conocerse, de poseerse y de darse libremente y entrar en comunión con otras personas.

a. Por ser personas somos alguien y no cualquier cosa animada (animal irracional o vegetal) o inanimada.

b. Capaz de conocerse, es decir, consciente de sí mismo, de su propio yo.

c. Capaz de poseerse y de darse, es decir, libertad de obrar y de no obrar, de hacer esto o aquello, de ejecutar así por sí mismo acciones deliberadas (C.I.C.  #1731).

7. Por lo tanto, se entiende que, si en Jesucristo sólo opera una sola persona: la Segunda Persona de la Santísima Trinidad; y como esa única Persona es alguien: el Verbo eterno; además es capaz de conocerse, de poseerse y de darse; entendemos pues, que Jesucristo desde el principio tenía conciencia de su ser, de su identidad de Dios y de su humanidad.


C. Consecuencias de la unión hipostática de Jesucristo

8. Por consiguiente, algunas de las consecuencias de la unión hipostática, conforme a la doctrina oficial de la Iglesia, son:

a. Cristo gozó de la visión beatifica perfectamente desde su concepción (Pío XII).

b. Cristo poseyó la ciencia infinita, es decir, el alma de Cristo conoció en el Verbo, desde su principio, todas las cosas que Dios conoce por su ciencia de visión (S.O. 2184), incluso el día del juicio final (San Gregorio I el Magno, 248). Tuvo también la ciencia propia de los bienaventurados (S.O. 2183).

c. Cristo hombre es infinitamente santo, con la santidad propia de Dios. Tuvo la plenitud de los dones del Espíritu Santo (concilio Romano).

d. Cristo hombre, no solamente no conoció el pecado (Heb. 4, 15), sino que era intrínseca y absolutamente impecable aun antes de su resurrección, por ser personalmente el mismo Dios (concilio II de Constantinopla).

9. Por consiguiente, Jesucristo estaba absolutamente consciente de su divinidad y de su misión, la más importante y transcendental de la historia: la redención del género humano.

10. La misión de Jesucristo es tan importante y transcendental para la redención del mundo, que no permite una ignorancia parcial o total de la misma. En ella estaba en juego nuestra salvación eterna.

11. Se entiende que el mismo hecho de la unión hipostática no permite una ignorancia o desconocimiento total o parcial en Jesucristo de su identidad divina, pues ello equivale a que el Verbo desconoció su propia identidad, y es imposible que Dios ignore su propio ser.


D. La Ignorancia Humana de Cristo

12. Ahora, de que Él quiso ignorar todo aquello que no tuviera relación directa con la obra de la redención y que quiso conocer por experiencia humana, eso sí es cierto (como bien dijo el Papa Juan Pablo II en una homilía, que Jesús aprendió de María todo lo concerniente a su naturaleza humana).

13. Si Cristo ignoró muchas cosas en el orden humano, no fue por defecto, sino por propia voluntad. Como bien dice San Pablo: "Él, siendo de condición divina, no se aferró a ella, sino que se anonadó haciéndose uno de nosotros".


E. Consecuencias nefastas si Jesucristo hubiese ignorado su identidad y misión

14. Por lo tanto, si Cristo hubiese desconocido, ignorado cuál era su identidad y su misión, las consecuencias hubieran sido desastrosas.

Veamos algunos ejemplos:

a. ¿Hubiera sido cierta la unión hipostática? No lo creo, ya que el simple hecho de que el Verbo ignorase su propia identidad, no la hace posible. De otra manera, si Cristo ignoró su identidad y, por consiguiente, su misión, dicha unión hipostática no se realizó y, como consecuencia, Cristo sería un puro hombre como cualquier otro. O un puro hombre con personalidad propia revestido solamente con el Espíritu de Dios.

b. ¿Hasta qué punto el Verbo, para mantener ese grado total de ignorancia o desconocimiento, se hubiese unido a la naturaleza humana? Creo que no hubiera ocurrido tal unión, o por lo menos no en el orden de como lo enseña la Iglesia conforme se entiende es la unión hipostática.

c. ¿Hubiera Cristo podido realizar milagros o, por lo menos con la autoridad de como los hizo, con autoridad de Dios? Entiendo que definitivamente no. La manera de como Cristo hizo sus milagros manifiestan que él tenía consciencia de su divinidad y, por lo tanto, de su misión. Cuando un profeta o un santo hace milagros siempre los hacen en nombre de Dios. Jesús hizo sus milagros en nombre propio: "Yo lo quiero; Yo lo mando; Yo lo ordeno..." Además, como bien enseña la Iglesia, Jesús hizo milagros como testimonio de su misión y de quien es él (Catecismo de la Iglesia Católica #547ss). Es decir, con este testimonio la Iglesia reconoce que Jesucristo sí tenía conciencia de su identidad divina y de cuál era su misión. Claro, los que no creen en los milagros de Cristo sencillamente negarán el que él haya tenido consciencia de su identidad de Dios y de su misión.

d. ¿Pudiera Cristo haber dicho lo que dijo y la seguridad con la que lo dijo y que quedó consignado en el Evangelio de Juan 6 sobre que él es el Pan de vida bajado del cielo? Imposible si hubiera ignorado su identidad divina, puesto que también hubiese ignorado que bajó del cielo.

e. ¿Pudo Cristo haber dado la promesa de que quien coma su carne y beba su sangre tendrá vida eterna en Él? Por el defecto de conocer quien es no hubiera hecho jamás tal promesa, ni mucho menos si desconocía cuál era su misión puesto que hubiera ignorado el futuro y, por lo tanto, la realización y cumplimiento de tal promesa. Si Jesús dio tales promesas y con la seguridad con que las prometió, ello quiere decir que efectivamente Jesús sí tuvo plena consciencia de su identidad y misión. Claro, habrán quienes dirán que Jesús jamás dijo tales palabras, como si el evangelista las hubiese inventado.

f. ¿Le hubiera dicho a Simón (Pedro) que fundaría su Iglesia sobre él? Con qué fin o propósito, si no tenía consciencia de cuál era su misión.

g. ¿Hubiera Cristo prevenido y preparado a sus apóstoles a su pasión y muerte y les hubiese asegurado de que iba a resucitar? Definitivamente no les hubiese preparado ni advertido sobre tan magno acontecimiento, ni mucho menos hubiera podido asegurar que iba a resucitar.

h. ¿Se hubiera Cristo atrevido a presentarse como el Camino, la Verdad y la Vida o que él es la Resurrección y otras aseveraciones tan atrevidas y trascendentales como esas? Definitivamente él no se hubiera atrevido a tanto.

15. Como hemos visto, las consecuencias de que Cristo hubiese ignorado o desconocido su identidad y su misión son de verdad desastrosas para la redención del mundo. Y eso de que Cristo escogió el camino de la cruz porque se vio forzado a ello, ya que no le dieron otra opción por la obstinación de los dirigentes judíos, es poner en entredicho la importancia tan trascendental de la obra de la redención por la Pasión, Muerte y Gloriosa Resurrección.


F. Doctrina del Catecismo de la Iglesia Católica

16. Para que no haya duda, la Iglesia nos enseña de un modo oficial que "el Hijo de Dios asumió un cuerpo dotado de un alma racional humana.

Con su inteligencia humana Jesús aprendió muchas cosas mediante la experiencia. Pero, también como hombre, el Hijo de Dios tenía un conocimiento íntimo e inmediato de Dios su Padre. Penetraba asimismo los pensamientos secretos de los hombres y conocía plenamente los designios eternos que Él había venido a revelar" (Compendio C.I.C. #90; ver también en el CIC Nº 470-474).


V. ¿Uno más entre los fundadores de religión?

Para muchos, Jesucristo es uno más entre los fundadores de religión. Primero se ha hecho todo lo posible por "desmitologizar" la figura de Cristo (pues según los enemigos del cristianismo, Jesucristo fue revestido de una aureola de divinidad procedente del paganismo, y de muchos signos o hechos fantásticos producto de la imaginación y fantasía de sus seguidores). Es decir, desvestirla del "ropaje" y "bagaje" de la que lo ha adornado el cristianismo: Divinidad, Hijo de Dios, Concepción sobrenatural, milagros y exorcismos, resurrección de entre los muertos… y otras "leyendas" más.

Segundo. Si no se le niega su existencia, se le casa con María Magdalena, de la cual tiene un hijo y cuyos descendientes aún existen hoy…

Y así es fácil relacionarlo como un fundador más de religión, que pasó por la vida trayendo un nuevo estilo de vida y de ver la vida y de cómo relacionarse con los demás.

Y de esta manera se habla de dos Cristo: el Jesús histórico (el real, el verdadero) y el Jesús de la fe (el de la leyenda, el inventado), como si fueran dos personajes distintos.

Pero Jesús de Nazaret ha demostrado estar por encima de todas estas falacias al mostrarnos el verdadero rostro de Dios (Dios es amor, nos dice San Juan).

Jesucristo es el hombre más amado y, a la misma vez, más odiado; *el hombre más conocido en toda la historia humana; *el hombre cuyo estilo de vida y cuyas palabras son seguidas por millones de seres humanos; *el ser humano que, a diferencia de los otros fundadores de religión y sectas, se identifica de un modo real y verdadero con sus seguidores y discípulos; *y es el hombre por quien millones se han entregado en cuerpo y alma a su servicio; *el hombre por quien millones han preferido sufrir tormentos y torturas antes que renegar de él; *el ser humano por quien legiones de hombres, mujeres y niños han preferido dar sus vidas y morir antes que renunciar de él.

También es el Dios hecho hombre que ha venido a redimirnos y salvarnos de las garras de Satanás y del infierno y, así, dirigir nuestras vidas a la casa del Padre; *es quien con su poder de hacer milagros, expulsar espíritus inmundos, resucitar muertos, perdonar pecados da testimonio de quién realmente es; es el Hombre-Dios que no necesita se le invente nada para demostrar quién es; y él es el Camino, la Verdad y la Vida para todos aquellos a quienes a él acudan y le abran su conciencia y voluntad.

Este es el Jesús histórico que, aun hoy, sigue manifestándose de un modo especial y maravilloso en quienes a él acuden.



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