Según definido y explicado por la Iglesia Católico desde los Santos Padres
"La Iglesia católica ha enseñado siempre, como dogma fundamental, que en Dios hay tres personas distintas: Padre, Hijo y Espíritu Santo en una sola esencia o naturaleza."
"El concilio de Florencia, en su decreto para los jacobitas, del 4 de febrero de 1441, expuso ampliamente la fe de la Iglesia en torno al misterio trinitario. Por su interés extraordinario recogemos a continuación el largo texto de la declaración conciliar:
(Nota. Para que sea fácil de leer, estudiar y asimilar lo voy a dividir en artículos)
1. «La sacrosanta Iglesia Romana, fundada por la palabra del Señor y Salvador nuestro, firmemente cree, profesa y predica a un solo verdadero Dios omnipotente, inmutable y eterno, Padre, Hijo y Espíritu Santo, uno en esencia y trino en personas.
2. El Padre ingénito, el Hijo engendrado del Padre, el Espíritu Santo que procede del Padre y del Hijo.
3. Que el Padre no es el Hijo o el Espíritu Santo; el Hijo no es el Padre o el Espíritu Santo; el Espíritu Santo no es el Padre o el Hijo,
4. sino que el Padre es solamente Padre, y el Hijo solamente Hijo, y el Espíritu Santo solamente Espíritu Santo.
5. Sólo el Padre engendró de su substancia al Hijo, sólo el Hijo fue engendrado del Padre solo, y sólo el Espíritu Santo procede juntamente del Padre y del Hijo.
6. Estas tres personas son un solo Dios, y no tres dioses;
7. porque las tres tienen una sola substancia, una sola esencia, una sola naturaleza, una sola divinidad, una sola inmensidad, una eternidad, y todo es uno donde no obsta la oposición de relación.
8. Por razón de esta unidad, el Padre está todo en el Hijo, todo en el Espíritu Santo;
9. el Hijo está todo en el Padre, todo en el Espíritu Santo;
10. el Espíritu Santo está todo en el Padre, todo en el Hijo.
11. Ninguno procede a otro en eternidad, o le excede en grandeza, o le sobrepuja en potestad.
12. Eterno, en efecto, y sin comienzo es que el Hijo exista del Padre;
13. y eterno y sin comienzo es que el Espíritu Santo proceda del Padre y del Hijo.
14. El Padre, cuanto es o tiene, no lo tiene de otro, sino de sí mismo; y es principio sin principio.
15. El Hijo, cuanto es o tiene, lo tiene del Padre, y es principio de principio.
16. El Espíritu Santo, cuanto es o tiene, lo tiene juntamente del Padre y del Hijo.
17. Mas el Padre y el Hijo no son dos principios del Espíritu Santo, sino un solo principio.
18. Como el Padre y el Hijo y el Espíritu Santo no son tres principios de la creación, sino un solo principio.
19. A cuantos, consiguientemente, sienten de modo diverso y contrario, los condena, reprueba y anatematiza, y proclama que son ajenos al cuerpo de Cristo, que es la Iglesia» (D 703-705).
Esta es la fe de la Iglesia, obtenida directamente por divina revelación.
El teólogo no puede alterar ni modificar en lo más mínimo esos datos sagrados, que la Iglesia custodia y proclama fidelísimamente a través de los siglos. Pero es función propia y nobilísima de la teología explicarlos del mejor modo posible, a base de analogías tomadas del orden natural y de la confrontación de los datos de la fe con los principios de la sana filosofía, con el fin de obtener una mayor comprensión de la doctrina revelada, haciendo ver su maravillosa armonía interna y externa y mostrando la inanidad de cuantas objeciones puedan oponerse a ella (comentarios de P.Antonio Royo Marín O.P.
Nota. Entre las analogías que se pueden utilizar para explicar el misterio de la Santísima Trinidad en lenguaje humano y, por ello, imperfecto son los siguientes:
Ejemplo I: El concepto (como ser de razón) de triangularidad: Tres ángulos, un solo triángulo, y cada ángulo abarca el mismo y único triángulo en su totalidad; tres Personas, una sola substancia y esencia divina, un solo Dios, y cada Persona divina es ese mismo y único Dios.
En esta analogía Dios es todo el triángulo, y cada ángulo (representado aquí por una Persona divina) forma o abarca todo el triángulo. No son tres triángulos sobrepuestos por cada ángulo, sino que cada ángulo es y abarca ese único triángulo. Luego cada ángulo es la misma y única esencia/naturaleza y sustancia de ese único triángulo.
Ejemplo II. Para explicar las procedencias de las divinas Personas (el Hijo y el Espíritu Santo) y evitar así cualquier idea equívoca y errada de creación u origen en un momento determinado: El rayo, trueno y relámpago. El rayo (el Padre) engendra al trueno (el Verbo o Palabra) y del cual (rayo y trueno) procede el relámpago (el Espíritu Santo); si el rayo fuera eterno, eternos también serían el trueno y el relámpago; y así como el rayo no crea al trueno ni al relámpago, sino que estos son por aquel desde el mismo instante del origen del rayo, de ser éste eterno, eterno serían también el trueno y el relámpago. Aunque esta analogía referida a Dios es imperfecta (por la diferencia infinita entre ambos seres), nos da una idea de cómo entender el misterio trinitario de las procedencias eternas del Hijo y del Espíritu Santo).
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